lunes, 11 de marzo de 2013

Marchando una de amor real

- Un café y pastas, gracias.
- ¿Lo quiere con amor?
-¿Amor?
- Sí, es suave, dulce y a la vez ardiente. Se le quedará el sabor en la garganta, arderá de pasión, hasta que un leve cosquilleo termine revoloteando en la boca de su estómago. En ese momento, nadie consigue ocultar su sonrisa. Sabe tan real.

         Sonreí levemente, imaginándome a aquella camarera ahogada entre decepciones, mascando la pena que le habría dejado aquel subidón de aquella sustancia. Una sustancia que volvería a tomar por necesidad, por el anhelo de sentir. Con el rimmel bajando, negro, por sus mejillas y las medias rotas, arrancadas por los placeres que no fueron. Con los puños cerrados intentando recuperar equilibrio, con la mueca de desamor en su boca, levemente abierta. Sentada en el frío parqué esnifando algo de 'amor'

Para sentir, para sonreír.

- No, gracias. Eso estropearía el sabor de mi sonrisa de hoy, digo el café.
- Muy bien como quiera. Marchando un amor real, digo un café solo. 

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