sábado, 1 de diciembre de 2012

Estrella fugaz


Era ya tarde, las tiendas habían cerrado y las farolas alumbraban el sendero. Él sin embargo, caminaba sin rumbo por las calles peatonales de la zona del parque. Camino durante un rato sin saber muy bien lo que andaba buscando por la zona. Sentía como si se le hubiese olvidado  algo, algo importante. Estaba dispuesto a pasar toda la noche caminando hasta que encontrara ese algo que le devolviese la tranquilidad de cada noche. Pero nada, ni rastro. Cada vez le resultaba más complicado mantener sus ojos abiertos. Estaba cansado, exhausto. Mario decidió descansar sentado al regazo del gran árbol. No sabía donde se encontraba pero era demasiado valiente como para admitir que sus tembleques no eran por la fría noche. Fue entonces cuando avistó aquella estrella fugaz tan luminosa y bella. Rápidamente recordó lo que, una vez, su abuelo le contó:

"-Camine sin sentido la mitad de mi vida, en busca de algo que no sabía lo que era hasta que una noche tu hermosa abuela me sonrío. Ella fue mi estrella caída del cielo".

Mario rápidamente se levantó, se sacudió el pantalón y apresuró su paso. Trató, con gran deseo, llegar hasta aquella estrella fugaz. Sólo le dio tiempo a dar tres cortos pasos hasta que la estrella fugaz desapareció entre la profundidad de la noche azulada. El niño lloró y lloró. Pedía a la estrella entre lágrimas que volviese a aparecer. Que por favor fuese su guía como su abuela fue para su abuelo. Que sin ella no sabría ni volver a casa. Puede que tan sólo tuviese 7 años pero estaba seguro de que ella sería su guía, sabía con franqueza que la conseguiría costase lo que costase. Esa estrella algún día sería suya. 


Fotografía encontrada en Google


1 comentario:

  1. me gusta. lo encontré por casualidad pero me alegro es muy bonito :)

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